Yazmín

La vida se me vuelve imprecisa a cada momento. Me da mil risa que la gente sea taaaaan orgullosa. Es realmente comiquísimo. Yo nunca me quedo con ganas de hacer cosas y mucho menos por orgullo. Jamás voy a perder a una amiga por orgullo, ni por mantener un trabajo que tal vez de momento me llene de satisfacciones, pero que después te deje sólo mil veces vacía.



Hoy me encontré con la libreta que me trajiste de Italia, la neta me súper encanta!! Huele delicioso, a puritita piel. Nuestra amistad tuvo un buen comienzo, es verdad, pero amo la lealtad de los amigos y cuando te pedí un favor, la respuesta que recibí de ti no fue la misma que yo hubiera tenido. Sé que tal vez estabas en un puesto incómodo, pero a mí me pesa más la amistad. Así que supuse que tus métodos no eran los más adecuados a mi parecer. Ahora que vuelvo la vista al pasado, no entiendo esa dignidad tan crecida que tienes si realmente no te importa lo que opinemos los demás.



Hace unos días pusiste a una de las tantísimas personas que tienes a tu cargo a que me marcara para pedirme un teléfono. Créeme, hubiera sido valiosísimo de tu parte que me marcaras personalmente. Esos pequeños detalles nos vuelven normalmente mejores personas. Lo único que me duele es la carencia de humildad en las personas que admiré en algún momento de mi vida. Una persona poco leal me hace dudar de ella, pero una persona poco humilde me da tristeza.



Sólo espero que siempre estés en el lugar que te propongas (como ahora) y que siempre sea por mérito propio e intelectual (como supongo siempre ha sido), tal vez algún día exista una pequeña caída, pero créeme que cuando caes valoras mucho más a las personas como tales. Te lo digo porque en mi propia familia puedo poner grandes ejemplos. Que tu vida esté llena de lecciones. Ojalá que siempre sea justa. No te deseo ningún mal, pero tampoco puedo decirte que te deseo algún bien, porque lo que sí no tengo es ser hipócrita. Un poco de bondad y menos pose de tu parte acercaría estas almas que alguna vez coincidieron.